¡Adiós Maestro!

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Ayer, terminando el mes, y justo un día después que Mafalda cumpliera sus primeros 56 años, nos dejó Quino, su padre.

Recuerdo mi primer contacto con la historieta de la pequeña que lograría ponernos a pensar al mundo desde el humor gráfico. Era un librito, heredado de no recuerdo quién, que me llegó incompleto (algunas hojas faltaban). Su tapa decía «Mafalda 3».

Siempre me parecieron dibujos inocentes, que ilustraban el barrio, la gente que me rodeaba. La plaza de las viñetas se parecía mucho a la plaza de mi infancia. El almacén, la escuela… los personajes sin nombres, eran igualitos a mis vecinos.

Con el tiempo, comprendí que Quino nos dibujaba a todos, para hacernos reflexionar. Tal vez por eso, 56 años después de Mafalda, pero toda una trayectoria respetada en todo el planeta, ese mismo que no cambió en nada, cada una de las ideas que «salían de ese lápiz» tan agudo, certero y justo, siguen, y seguirán vigentes.

Gracias Maestro, hasta la próxima.